Push-Over (Super Nintendo)

Push-Over es un juego programado por Red Rat Software y publicado y distribuido por Ocean para Super Nintendo, Amiga, Atari ST y MS-DOS en 1992. La versión de Super Nintendo salió en ese mismo año en el mercado europeo en forma de un divertido juego tipo puzzle que en lugar de centrarse en colocar piezas o juntar colores como un Tetris o un Columns en esta ocasión le toca el turno a piezas de dominó y donde primea más el ingenio y la inteligencia que la habilidad.

En el juego controlamos a una especie de hormiga con una vista que puede recordar a un plataformas, pero aquí no se puede saltar, algo parecido a lo que sucedía con el Popils de Game Gear. También podemos ver una serie de fichas de dominó y puertas. Nuestro objetivo es colocar las piezas de tal manera que con un simple empujón caigan todas ellas, debiendo caer en último lugar una pieza que tiene tres líneas rojas horizontales. En el momento en que resolvamos el puzzle se abrirá la puerta de salida del nivel. Tenemos que tener en cuenta que tenemos un tiempo limitado para resolver el puzzle y para salir por la puerta, de modo que aunque consigamos resolver el puzzle pero no nos da tiempo a salir por la puerta, la prueba se dará por inválida. Además tenemos que aprovecharnos de ciertas piezas especiales que tienen cualidades propias, como una que desaparece, otra que no deja de moverse hasta que golpea otra pieza u otra que nos sirve de puente para zonas donde hay acantilados.

El apartado técnico es muy sencillo, pero está bien. Gráficamente es simple, pero el sprite de la hormiga es correcto y se mueve ágilmente, y todas las piezas son diferenciables unas de las otras, a la par que los escenarios dentro de su simpleza son bastante coloridos y variados, y a pesar de que son muy sencillos son perfectos para un juego de estas características. Las melodías son bastante decentes y acompañan bastante bien, a la par que son agradables, aunque la melodía de juego es siempre la misma y puede hacerse algo monótona, mientras que los efectos de sonido son escasos, pero los que hay están muy bien realizados, destacando la caída de las piezas y la vocecita del protagonista.

En cuanto a la jugabilidad, hay que destacar un control del protagonista bastante sencillo, ya que solo tiene dos habilidades diferentes, que son las de colocar la diferentes piezas y las de empujarlas para que caigan, a lo que hay que añadir una estupenda respuesta a las órdenes que tenemos que transmitirle por medio del pad para que haga lo que nosotros queramos. Por otra parte, su total de 100 fases diferentes, a pesar de que son bastante cortas, le dan una extensión considerable al juego, y además tiene una dificultad progresiva que nos obligará a darle vueltas al coco.

Resumiendo, un juego de ingenio bastante divertido para Super Nintendo que gustará a los aficionados a los juegos de inteligencia y que busquen retos complicados. Muy recomendable.