The Immortal (Mega Drive)

The Immortal es un juego programado por Sandcastle y publicado y distribuido por Electronic Ars para Amiga en 1990, siendo posteriormente portado a otros sistemas entre los que destacan Mega Drive, NES y Atari ST. Electronic Arts fue la compañía encargada de programar la versión de Mega Drive, que vio la luz en Europa en agosto de 1992. Se trata de un muy buen juego de aventuras lleno de peligros, trampas y complicados puzzles.

Bajo una perspectiva isométrica, nuestra misión será recorrer cada una de las plantas de una peligrosa mazmorra. Mientras exploramos cada una de las estancias que forman cada piso tendremos que ir evitando trampas mortales, resolviendo puzzles de diferente complejidad, aunque en general son complicados, y enfrentándonos a fieros enemigos. Este estilo es similar al posterior Light Crusader, que incluso tiene lo que parece ser algún homenaje a este The Immortal, palpable sobre todo en los goblins, que son calcados a los que aparecen en el juego del presente análisis. Sin embargo, este juego presenta varias diferencias con respecto al título de Treasure. La primera es que el protagonista es incapaz de saltar, de modo que el elemento plataformero existente tanto en Light Crusader como en Landstalker (que también tiene un estilo similar a este) desaparece por completo en The Immortal, pero aún más importante es la segunda diferencia, que afecta al sistema de combate. Aunque podemos atacarles en ocasiones a distancia gracias a los hechizos que podemos formular, cuando nos encontramos con un enemigo la vista isométrica cambia para mostrarnos a nuestro personaje y al enemigo agrandados y librando un sistema de combate en tiempo real en el que nos limitamos a esquivar los ataques del enemigo y atacar nosotros.

El apartado técnico está muy bien. Pese a que los gráficos tienen pinta de antiguos (y es que básicamente lo son), hay que decir que nuestro personaje y los diferentes enemigos tienen diseños muy buenos y cuentan con buenas animaciones, tanto en su versión normal como cuando están agrandados para librar los combates, resultando especialmente brillantes las animaciones de los enemigos cuando mueren, siempre de una forma bastante gore. También los escenarios tienen una perspectiva isométrica muy bien conseguida, resultando variados, detallados y muy bien ambientados, a pesar de que a nivel de colorido podían estar algo mejor y no están a pantalla completa. Las melodías oscuras consiguen recrear el tétrico ambiente donde se desarrolla la aventura, unidas a unos efectos de sonido también de calidad, sobre todo los gritos de los enemigos al fallecer.

Pasando al tema de la jugabilidad, hay que decir que el control sobre el protagonista es muy sencillo, lo que permite que todos los movimientos que podemos realizar con él resulten muy fáciles de hacer, y además de los menús interactivos tan intuitivos que tiene, el héroe responde muy bien a las órdenes transmitidas por el pad. Se queda un poco corto en cuanto a extensión, pero a cambio nos encontramos ante una dificultad bastante alta, sobre todo por unos puzzles bastante complicados y a diferencia de Light Crusader y Landstalker, muchas veces un fallo en un puzzle nos puede llevar a la muerte, por lo que es un juego de ensayo y error, aunque por fortuna hay passwords.

El juego se compone de un total de 8 fases bastante variadas, pero sobre todo muy complicadas. Para poder completar el juego con éxito debemos aprovecharnos de los items que tenemos a disposición. Algunos nos proporcionarán hechizos para derrotar enemigos sin tener que acercarnos a ellos, otros nos restaurarán los puntos de vida y hay otros que serán obligatorios para resolver un cierto puzzle, además de aquellos que nos permiten realizar otras cosas.

En resumen, un muy buen juego de aventuras para Mega Drive que a pesar de no ser muy largo sí que es muy difícil, lo que hace que no se acabe demasiado pronto. Muy recomendable.