Donkey Kong Country es un juego programado por Rare y distribuido por Nintendo para Super Nintendo en 1994, saliendo a la venta en España en diciembre de dicho año. Nos encontramos ante un plataformas de impecable realización técnica y muy jugable.
En el juego manejaremos a Donkey Kong, uno de los enemigos de Mario, aunque también podemos controlar a su nieto, Diddy Kong. Avanzaremos por variadísimos escenarios mientras sorteamos precipios, nos deshacemos de nuestros enemigos o saltando sobre ellos o arrojándoles los barriles que hay esparcidos por las fases. Algunos de estos barriles tienen una DK impresa. En caso de llevar a solo uno de los personajes, al tirarla aparecerá el otro. Así, si vamos con Donkey Kong y arrojamos uno de estos barriles, al romperse saldrá de él Diddy Kong. Podemos alternar entre los dos personajes, y además permite que no nos quiten una vida cuando nos dan un golpe, porque en es caso de dicho calvo solo perderemos el personaje que tengamos activo, y volveremos a recuperarlo cuando encontremos otro barril con la DK impresa.
El apartado técnico es increíble, solo igualado por sus continuaciones. La calidad gráfica no es comparable a nada de lo que se haya visto en una consola de 16 bits. El diseño de personajes, enemigos y escenarios está excepcionalmente bien realizado, además de que son muy variados. La música no se queda atrás, y es pegadiza, simpática y agradable entre fases y contundente y oportuna ya metidos en el juego. Los efectos de sonido también son asombrosos, y recrean con gran realismo los sonidos de la jungla y de los golpes.
Pese a este impresionante despliegue técnico, no se han olvidado de la jugabilidad, como otros títulos como Rise of the Robots, juego de lucha de fantásticos gráficos, pero muy malo de jugar. Pese a que es un juego difícil, poco a poco se pueden ir pasando sus fases, y además de la fantástica maniobrabilidad, el pad responde muy bien.
La historia del juego trata de que el malvado King K. Rool, junto a sus leales Kremlins, roba la reserva de plátanos, y Donkey Kong y su nieto Diddy deben recuperarla.
Y tendrán que conseguirlo en la friolera de cien fases largas y sobre todo muy variadas. En ellas encontraremos diferentes tipos de barriles, empezando por las ya comentadas que tienen grabado las iniciales DK. Hay otros barriles que tienen dibujadas unas estrellas, que es un punto de retorno al que volveremos cuando perdamos una vida; las que tienen dibujada una especie de explosión, que nos impulsará hacia el lado en que esté inclinada; las que tienen grabada la palabra TNT, que cuando choque provocará una explosión que acabará con varios enemigos; etc. También podemos encontrar los animales amigos de Donkey Kong, a los que podremos montar y que nos ayudarán, como Rambi el rinoceronte y Enguarde el pez espada. El juego cuenta con tres modos de juego, el modo de un jugador, en las que un jugador manejará tanto a Donkey Kong como a Diddy Kong, el modo de competición para dos jugadores, y el modo de dos jugadores cooperativo.
En definitiva, estamos ante un juego increíblemente bien realizado, que supuso un punto de inflexión en el mundo de los videojuegos. Obra maestra.
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