Splatterhouse 2 es un juego desarrollado por Namco y distribuido por Sega para Megadrive en 1992. Es la continuación directa de Splatterhouse, que salió para arcade, TurboGrafx y PC, pero esta segunda parte es exclusiva de Megadrive.
Se trata de un juego de acción y terror, en la que controlaremos a un personaje que por su máscara de hockey recuerda mucho al Jason de Viernes 13. Es, además, un título lleno de vísciras y sangre, algo muy poco habitual en el año en que salió. Pero estos detalles no son el único punto positivo que tiene, ya que estamos ante un juego de gran calidad tanto técnica como a nivel de diversión.
Los gráficos están muy conseguidos. El protagonista tiene un tamaño enorme y está bien definido, así como los enemigos a los que tengamos que hacer frente, que son muy variados. Las músicas no están nada mal y nos sumergen en ese mundo de terror que nos quiere mostrar. Los efectos de sonido cumplen sin más.
Antes de explicar el argumento de este juego, habría que contar el de la primera parte. En la precuela, un estudiante de universidad y su novia, Rick y Jennifer, dejan su coche cuando éste se para misteriosamente en el bosque, y para huir de la lluvia se refugian en una casa abandonada, pero luego descubren que están en una mansión encantada llamada West Mansion. De pronto, unos monstruos emergen del suelo, el techo y las paredes y secuestran a los dos jóvenes. Rick consigue huir al sótano, donde se desmaya misteriosamente. Cuando vuelve en sí, descubre que tiene puesta una máscara la cual tiene mente propia y le proporciona una fuerza sobrehumana. La máscara se hace llamar a sí misma "La Máscara del Terror", y con ella tendrá que rescatar a Jennifer con dos detalles en su contra: primero, que la casa está viva y es muy peligrosa, y segunda que la máscara intentará poseerlo cuanto más fuerte se haga.
En este segunda parte han pasado tres meses desde que la máscara se rompió en el clímax de la primera parte, pero éste se vuelve a formar y se le aparece a Rick y le tienta continuamente a volver a la casa, diciéndole que Jennifer no tiene que morir. Y claro, vuelve para rescatar de nuevo a Jennifer.
Cosa que tendremos que hacer a lo largo de fases variadas, pero todas envueltas en unos escenarios salidos del terror y del gore. Porque aquí hay gore, y mucho. Afortunadamente tendremos ayudas que se traducirán en items que recarguen nuestra salud o, más importante aún, armas. Contaremos con bates de baseball, barras de metal, pasando por una escopeta recortada y, mi preferida, la sierra mecánica
En definitiva, se trata de un juego muy bueno, con buenos gráficos, buen sonido, y sobre todo muy divertido y adictivo. Muy recomendado para los amantes del gore. Aunque la sangre sea verde
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