The Legend of Prince Valiant es un juego programado por Sculptured Software y publicado y distribuido por Ocean para Game Boy en 1991, en exclusiva para el mercado europeo, siendo portado en 1992 a NES. En ese mismo año también fue lanzado el original de Game Boy en Estados Unidos, pero bajo el nombre Kingdom Crusader, con gráficos cambiados. Se trata de un muy buen juego que combina muy bien la aventura y la estrategia que está basado en la serie de animación "Las Aventuras del Príncipe Valiente".
Antes de empezar el juego, podemos elegir entre tres tamaños distintos para el mundo que debemos recorrer, que son pequeño, medio y grande. Como es lógico, cuanto más grande sea el mundo más larga será la partida, y también más difícil. El objetivo de cada partida será acabar con el ejército rival, y para eso podemos elegir entre los diversos guerreros que tenemos a disposición y que estarán dispersos por el mapeado, al que podemos acceder pulsando Start. Una vez que escogemos un guerrero pasaremos a la vista del juego en sí, que es similar a la de un RPG, y podemos movernos libremente por las pantallas que conforman el mundo, a no ser que otro de nuestros guerreros se encuentre en ese lugar, en cuyo caso no se nos permitirá pasar. Cuando lleguemos a un lugar donde hay un enemigo primero pasaremos a la pantalla del mapeado general donde se nos muestran las localizaciones de nuestros guerreros, y si elegimos al que ocupa la posición del enemigo pues empezará una batalla. Esta es simplemente atacar al enemigo con el arma que tengamos y evitar siempre que sea posible que nos dañe. Tenemos varios tipos de guerreros, cada uno con sus propias habilidades. El Príncipe Valiente es uno de los más fuertes y rápidos, además de los más equilibrados, pero no puede atacar a distancia, o también tenemos el gigante, que es fuerte y resiste muchos impactos, pero es el más lento.
El apartado técnico está bastante bien. Gráficamente no es ninguna maravilla, pero los sprites de los personajes son reconocibles y están decentemente animados, y además hay un buen número de unidades que podemos manejar, mientras que los escenarios son detallados y están ambientados, aunque la verdad es que no son demasiado variados., pero están bien así. Las melodías suenan bien y ambientan con corrección cada uno de los escenarios, mientras que quizás lo más flojo sean los efectos de sonido, pero tampoco llegan a molestar.
En cuanto a la jugabilidad, hay que decir que el juego cuenta con una mecánica muy fácil de aprender, aunque al principio nos sentamos perdidos, y además el control de cada uno de los guerreros (básicamente tienen el mismo) es a su vez muy sencillo, a lo que hay que añadir una muy buena respuesta a las órdenes que tenemos que transmitirles por medio de los botones de la portátil. La longitud del juego depende del tamaño que hayamos escogido, siendo el mundo grande bastante amplio y el pequeño para una partida más rápida, mientras que el medio está a medio camino entre ambos. Tampoco es que tenga una dificultad muy elevada, pero está muy bien ajustada. Contamos además con items de ayuda como objetos para recuperar vitalidad, escudos, hechizos y algunos tipos de armas.
En resumen, un muy buen juego para Game Boy que combina con muy buen criterio la aventura con la estrategia. Muy recomendable.
¿El de nes era igual?. Es que recuerdo que me gustaba y le fundí un par de veces que le alquilé pero coño, que no me acuerdo de como era jajajaja.
ResponderEliminarCreo que el de NES era versión de este, pero nunca lo probé.
EliminarRecuerdo las primerísimas Hobby Consolas, en las que veía este juego anunciado. Creo recordar que no llegaron a analizarlo, por lo que veo es una propuesta diferente a lo habitual en la Game Boy.
ResponderEliminarSaludos
Sí que lo analizaron, y a pesar de que tampoco le dieron una puntuación muy buena en general los comentarios eran bastante positivos.
EliminarHabía olvidado casi por completo el juego.
ResponderEliminarEn la época me gustó, aunque lo tuve de prestado, y creo que nunca me lo llegué a pasar.
Yo me acabé el mundo pequeño (que se puede acabar en menos de 20 minutos) y el mediano, pero el grande nunca.
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