Uncharted Waters: New Horizons, conocido en Japón como Daikoukai Jidai II, es un juego programado, publicado y distribuido por Koei para Mega Drive y Super Nintendo en 1994, apareciendo versiones posteriores también para PC, Playstation y Sega Saturn. La versión de Mega Drive llegó también al mercado norteamericano en 1994, aunque no alcanzó tierras europeas, por lo que en occidente solo se le conoce simplemente como New Horizons. Se trata de la secuela de Uncharted Waters, por lo que nos encontramos ante un muy buen juego que combina aventura y estrategia.
El sistema de esta segunda parte, que probablemente sea la entrega más famosa de toda la saga, es muy similar al de la precuela, aunque se incorporan las evidentes novedades que lo hacen más completo. La primera que nos vamos a encontrar es que ahora ya no solo hay un personaje protagonista, sino que tendremos que escoger entre seis personajes diferentes que tienen su primera historia, incluyendo a João Franco, hijo de León Franco, el protagonista del primer Uncharted Waters. También se nos presentan muchas más localizaciones que la primera parte, no limitándose a las tres que había en la primera parte, sino que aquí se añaden otras como Inglaterra o Italia. Por lo demás, se mantiene la vista cenital que le da un toque rolero cuando estamos en puertos y ciudades y también está presenta por puesto la simulación marítima cuando vamos embarcados.
El apartado técnico está muy bien. Gráficamente también ha mejorado con respecto a la primera parte, y se nota sobre en los sprites de nuestros protagonistas y los diferentes personajes, los navíos que vamos a manejar y sobre todo los diferentes escenarios en vista cenital, que resultan tan variados como detallados y bien ambientados. La música es la idónea para un juego ambientado en esas épocas medievales, y los efectos sonoros son más sencillotes pero ni más ni menos que los necesarios.
La jugabilidad se mantiene pues casi igual al juego anterior, aunque con un desarrollo diferentes, más personajes y más países que visitar, conservando también el control tan sencillo que tenía la primera parte, con esos menús tan intuitivos y fáciles de usar que tenía. Esto también implica que la duración del juego y su rejugabilidad han aumentado, y la dificultad está bien ajustada, como ya lo estaba en el primer Uncharted Waters.
En definitiva, una digna secuela de Uncharted Waters para Mega Drive que mejora en todo a la primera parte, siendo un juego muy entretenido y adictivo. Obra maestra.
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