martes, 9 de agosto de 2022

LSD: Dream Emulator

LSD: Dream Emulator es un juego programado, publicado y distribuido por por Asmik Ace Entertainment para PlayStation, saliendo únicamente en Japón el 22 de octubre de 1998. Se trata de una curiosa aventura, que más bien sería una especie de simulador de sueño y exploración, concebido por el artista multimedia japonés Osamu Sato, siendo un juego muy surrealista pero muy absorbente y qué es un auténtico juego de culto.






Más que un juego en sí, este título sería más bien una especie de simulador de sueños, en la que vamos a explorar diferentes escenarios oníricos, sueños que están ambientados en lugares reales, tales como ciudades, pueblos o casas. Lo que vamos a hacer es explorar una ubicación, siendo está aleatoria, para interaccionar con diferentes objetos y elementos que nos transporten a otras zonas. Cada fase o sueño dura alrededor de 10 minutos, y nos despertamos del sueño una vez transcurridos estos diez minutos o muriendo o tocando algunos objetos. La exploración será en primera persona, y podemos mirar hacia arriba, hacia abajo, hacia atrás o caminar. Cuántos más sueños tengamos estos tendrán elementos más variados y serán mucho más surrealistas. En ocasiones, en lugar de presentarnos un sueño interactivo, se nos muestra un sueño pero como un vídeo. Tras superar una cierta cantidad de sueños, se nos da la opción en el menú de un flashback, qué consiste en una versión abreviada del sueño anterior. En algunos sueños aparecerá un curioso personaje que si nos toca eliminará la opción del flashback y también eliminará todo el progreso del sueño.





El apartado técnico está muy bien. Con lo que respecta a los gráficos, estos cuentan con un apartado artístico realmente genial, representando unos escenarios tridimensionales muy detallados y variados, resultando además de una gran ambientación surrealista y, en ocasiones, realmente aterradora. Los objetos de los escenarios, así como el personaje que se nos aparece de vez en cuando, están muy bien realizados y los vídeos son de gran calidad. La banda sonora está muy bien, y se adapta a cada momento del sueño, unido a unos muy buenos efectos de sonido.





En cuanto a la jugabilidad en sí, hay que decir que el programa no se podría definir como un juego en sí, aunque sí que resulta muy absorbente, y además es realmente adictivo, siendo un título único en su especie, que cuenta además con control sencillo y una correcta respuesta al mando. Por lo demás, tenemos una buena selección de sueños, aunque no es un juego que se pueda definir por su dificultad, porque es básicamente una experiencia única, ya que el autor quería hacer más una especie de obra de arte que un juego en si.





En resumen, un juego único en su especie y que supone más una experiencia que un juego. Aún así, es una maravilla. Obra maestra.


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