Haunting: Starring Polterguy es un juego programado, publicado y distribuido por Electronic Arts para Mega Drive en 1993, llegando al mercado europeo en septiembre del mismo año. Se trata de un original e innovador juego en el que encarnamos a un fantasma que debe expulsar a base de sustos a los inquilinos de la casa donde habita el espectro. Por supuesto, no faltará el humor y las parodias de las historias típicas de fantasmas.
El fantasma que manejamos debe recorrer las habitaciones de cada mansión en que se encuentre para localizar a los miembros de las familias que se mudan a la casa de turno. Una vez localizado un habitante tenemos que manipular los diferentes objetos disponibles para provocar terroríficos efectos que aumenten el índice de terror de la persona en cuestión. Debemos hacerle ir abandonando cada habitación hasta guiarle a la puerta de salida de la mansión. Una vez que huya de la casa, iremos a por el siguiente. Cambiaremos de mansión una vez que todos los miembros de la familia escapen de la misma. Contamos con una barra de ectoplasma que se irá reduciendo paulatinamente, y más rápidamente cuando poseamos un objeto para asustar a un inquilino. Cada vez que logremos echar a una persona de una habitación algunos charcos de ectoplasma caerán al suelo, con un número de charcos proporcional en función del número de sustos. Cuando se nos acabe el fluido ectoplásmico iremos al underworld, en el que tendremos que ir recogiendo las gotas de ectoplasma que vayan apareciendo. En este mundo podemos encontrar hechizos, pero también podemos perder el juego.
El apartado técnico está bastante bien. El personaje principal no destaca demasiado, pero se mueve bien y tampoco está mal diseñado. El mayor mérito se lo llevan las animaciones de los inquilinos, con sus buenos gestos de terror, y de la multitud de efectos paranormales que podemos producir al poseer los diferentes objetos de cada habitación. La vista isométrica de los escenarios es muy acertada, y cada habitación está bien realizada, cargada de detalles y con un buen uso de la paleta de color de la consola. Las diferentes melodías del juego son lo suficientemente espectrales para lograr una muy buena ambientación, y también cuenta con un buen número de efectos de sonido, con efectos destacados como carcajadas espectrales, chirridos, maullidos, etc.
En cuanto a jugabilidad, destaca por el sencillo manejo del fantasma protagonista y por lo fácil que resulta realizar cada uno de los sustos, con la única pega de que es algo recolectar el ectoplasma en las fases del underworld, pero a parte de eso no tiene problemas de control y tiene además una muy buenas respuesta a las órdenes del pad. Por lo demás, es un juego largo y de dificultad ajustada, sobre todo las fases del underworld.
En el juego controlamos a un adolescente rebelde muerto, Polterguy, en una casa ocupada por familia de yuppies, los Sardinis, a los que tendremos que echar.
Tenemos que conseguirlo en un total de 4 mansiones, en las que tenemos que expulsar a la familia Sardini con la única ayuda de los hechizos y ectoplasma recogidos y de las posesiones de objetos que somos capaces de realizar, que pueden llegar a los 400. También hay que tener cuidado con el perro de la familia, que es el único ser vivo que puede detectarnos y el enemigo final del juego. Además, con sus ladridos hace que nuestra barra de ectoplasma descienda más rápido.
Resumiendo, un juego fresco, original y divertido para Mega Drive que encantará a todo aquel que disfrute de las historias de miedo y a mucha gente más. Muy recomendable.
Jojojo que bizarrada, desconocia algo así. Buscaré para probarlo.
ResponderEliminarYo lo conozco desde hace unos años, pero no sabía de su existencia en el momento en que salió, a pesar de que sí que hubo análisis en revistas como Hobby Consolas. A mí me gustó mucho.
EliminarDe este juego siempre me hablaba un amigo en el patio del cole. Ahora toca disfrutarlo en emulador!
ResponderEliminarEs bastante bueno y original, quizás se hace un pelín repetitivo una vez que hayamos visto todas las posesiones, pero no está nada mal y tiene un buen sentido del humor.
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