Dual Orb II es un juego programado, publicado y distribuido por I'Max para Super Nintendo, saliendo a la venta en Japón el 29 de diciembre de 1994, pero por desgracia nunca llegó a occidente, aunque al menos existe una traducción al inglés hecha por fans. Se trata de un muy buen RPG, secuela de un juego llamado Dual Orb, también para Super Nintendo, aunque esta primera parte nunca la he probado.
El juego cuenta con la vista aérea tan típica de los juegos de rol de 8 y 16 bits, y en él tendremos que visitar ciudades, bosques, castillos y por supuesto diferentes mazmorras, en las que tendremos que realizar una misión determinada, aunque a veces son un simple trámite para dirigirnos a otras zonas. Como es habitual en el género, normalmente en las ciudades podemos descansar en las posadas o comprar objetos, tanto defensivos y ofensivos como de curación o recuperación. En las mazmorras, así como en otras áreas del tipo de bosques y similares, tendremos encuentros aleatorios con enemigos. Los combates son por turnos, con un estilo visual muy semejante a los combates isométricos de la saga Breath of Fire.
El apartado técnico está muy bien. Los diferentes personajes son completamente diferenciados unos de otros, y se mueven muy bien por la pantalla, mientras que los escenarios resultan bastante variados y detallados, pero son las batallas las que gráficamente lucen mejor, con personajes y monstruos muy bien diferenciados y buenos efectos para las magias. Las melodías suenan bastante bien y nos acompañan muy bien a lo largo de la aventura, mientras que los efectos de sonido no son de lo mejor del apartado, pero tiene algunos sonidos buenos.
Pasando al tema de la jugabilidad, hay que decir que el control que tenemos sobre los personajes es muy sencillo, y además la mecánica, aún sin ser para nada original (el estilo de juego se ha visto en Super Nintendo y otras consolas en infinidad de títulos), resulta entretenida y adictiva, y los menús que podemos usar tanto en las batallas como fuera de ellas resultan intuitivos y fáciles de usar. Por otro lado, el juego cuenta con una extensión interesante y una dificultad bien ajustada, aunque con muchos combates complicados.
Hace mucho tiempo la civilización florecía. Las ciudades eran monumentos de proeza científica y acero. Sin embargo, apareció un dragón y comenzó a destruir a la humanidad. Un científico, Alex, siente que tiene que salvar el mundo. Una chica joven llamada Serra entra sabiendo que el mundo va a terminar. Alex dice que debe usar el poder del orbe para detener al dragón y se sacrifica para usar el poder. El dragón es destruido, pero el mundo es enviado atrás tecnológicamente a un tiempo de espadas y magia.
Años más tarde, el sumo sacerdote de Garade es visto caminando por una ventisca llevando a un bebé en brazos. Le dice al rey de Garade que un grupo de hombres vestidos de blanco le entregó al niño, diciéndole que lo criara para que fuera fuerte y puro. También le dieron al sacerdote un Rosario, que el rey intuye que tiene poder sagrado. Deciden que el nombre del bebé sea Aleth. Entonces el rey convoca a su propio hijo, Lagnus, paradecirle que Aleth se convertirá en su nuevo amigo. Mientras tanto, emperador Odorath de Kardosa es visto con sus generales resucitando a un hombre que viajaba en el tiempo para reunirse con ellos. El hombre está todavía débil y murmulla sobre el orbe.
A lo largo de los años, Aleth y Lagnus se convierten en buenos amigos. Mientras cazan cuando eran más jóvenes descubren un árbol en un claro con un ala mecánica que sobresale. Lagnus decide construir un fuerte y convertirlo en su lugar especial. Finalmente comienzan entrenamiento de lucha en su lugar secreto; Aleth blandiendo una espada y Lagnus una lanza. Alrededor de este tiempo el emperador Odorath ha resucitado completamente profesor Hardwick. Hardwick, que ha sido enterrado por 1 mil años, necesita un cierto elemento de Garade. Odorath entonces le dice a sus generales para poner el ejército para invadir Garade.
En definitiva, otro buen juego de rol para Super Nintendo que, a pesar de su total falta de originalidad, resulta entretenido y adictivo. Muy recomendable.
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